Aunque las más frecuentes son las quemaduras, las afectaciones por pólvora también incluyen intoxicaciones graves, sobre todo en menores de edad. Además, no solo quien quema la pólvora está en riesgo, hay otras situaciones de peligro como ser observador o transportar elementos explosivos.
En nuestro departamento, desde el 2011 hasta el 2017, las cifras de lesionados con pólvora cada año superaban las 100 personas, en el 2018 disminuyó a 67 afectados y en la temporada 2019-2020 aumentó de nuevo a 100 casos, de los cuales, 4 se presentaron en el norte.
Cambiar hábitos y comportamientos es la insistente invitación de las autoridades para evitar que en los próximos días estas cifras sigan incrementando. Esto precisamente fue lo que hicieron los Piedrahita en Yarumal luego de vivir un incidente en su casa cuando estaban quemando voladores.
Una historia de Cerro Azul Estéreo para Sintonía Norte.